15 de diciembre de 2005
El día 12 hizo justo los cuatro meses que la operaron y justo el tiempo que le habían diagnosticado los médicos. No sé, me siento, extraña, como si esperara el fin, y a la vez, culpable por sentirme así. No es que espere el fin, y lógicamente todos los días pido un día más, pero esto es ridículo. No quiero que pase más días sintiéndose tan mal, sufriendo tanto... Pero no puedo querer que se vaya, es mi madre, y la quiero, y la quiero tener siempre conmigo, que todo esto no sea verdad, como pienso a veces: Esto es mentira, es irreal, es un mal sueño... porque a pesar de verlo tan seguro, de repetirme todos los días y sobre todo, todas las noches, que sí es real, sigo sin creérmelo. Y ella sigue siendo mi madre, pero está tan cambiada, y no sólo físicamente, ha adelgazado tanto, más de 25 kilos. Y no come, y debido a la morfina, está medio dormida casi todo el día. Ella, que siempre estaba despierta cuando yo me levantaba, que se iba tan tarde a dormir porque todo tenía que estar impecablemente recogido. Ella, ahora está casi todo el día en la cama, y no puede estar mucho de pie, y se cansa hasta de hablar, si antes tenía que cortarle cuando hablábamos por teléfono y decirle: Jo, que lo siento, pero tengo que estudiar... Pero sigue siendo ella, a pesar de todo, y la querría conmigo siempre incluso con esos cambios. Pero no a costa de cualquier cosa, la quiero sin dolor, sin que sufra, sin las naúseas que le acuden todos los días, sin esa mirada triste con la que me mira ahora siempre, sin el llanto, sin ese pesimismo extremo... La quiero sin ese máldito cáncer que me va a dejar sin ella...
1 Comments:
Si, tienen que ser duro ese sentimiento confrontado. Por un lado... pero por otro...
Creo que lo mejor es dejarlo ser... no mortificarte con el cuando. Solo que no sufra.
Un beso, y ya sabes donde nos tienes.
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