18 de mayo de 2006

Veo tus fotos y caigo, me derrumbo. Casi lloro, y si no lo hago es porque hago todo lo que puedo por retener las lágrimas... Qué gordita estabas ahí, hace un año, casi no te reconozco, pues parece que sólo guardo recuerdos más actuales, no hace ni un mes que te fuiste y parece que fue hace tanto... Pero a la vez cuando vuelvo a casa, te estoy oyendo llamarme, quieres agua o te molesta el sonido del televisor...Ojalá de verdad me llamases en serio, aunque fuera para echarme la bronca por algo.
Se te veía tan feliz, sin sospechar siquiera que estabas de nuevo enferma, que algo te mataba por dentro, ninguno lo sospechábamos... Parecías totalmente recuperada, parecía que esa vez iba a ser la última, nunca más quimioterapia, adiós a la peluca. Y sí fue cruelmente así, ojalá hubiera habido una posibilidad de todo eso. Y sé que no sirve lamentarse, que las cosas son como son, no hay vuelta atrás, y la verdad es que nunca la hubo. Pero es doloroso incluso saberlo, saber que no había nada que hacer. Que cada día que pasa te echo de menos, aunque me empeñe en sentirte conmigo, a mi lado. Pero no puedo evitar hacerlo, te necesito tanto... Y pienso de nuevo que hoy voy a dormir sin soñar contigo, porque en mis sueños no apareces bien, sino viva pero enferma... pero lo sigo haciendo, cada noche la pesadilla es que tú sigues conmigo pero sigues sufriendo. Y el consuelo al despertar es que ya no estás, que ya no te duele. Pero claro, no es un buen consuelo. Quiero lo de antes, quiero a mi mami conmigo.