6 de junio de 2006

El mundo no es sólo cómo yo lo veo, tengo que aprender a ser más tolerante, pero me resulta tan difícil...

Cuando pasas algo así, hay muchas formas de tomártelo, yo he intentado extraer algo bueno de esto, o más bien reafirmarme en una forma de pensar que ya tenía. La vida es corta y lo suficientemente dura por sí misma como para ir buscándole tú más pegas de las que realmente tiene. Sé que eso es un pensamiento positivo e intento llevarlo a la práctica la mayor parte del tiempo. Hay que aprovechar lo que se tiene, aprovechar el tiempo, aprovechar la vida, tratar a tu familia lo mejor que puedas, darles todo el cariño que necesites, porque algún día será demasiado tarde. No sólo se aplica a esto, también hay que intentar ver las cosas desde un punto de vista positivo, aunque sea duro, aunque haya momentos en los que sólo quieras tumbarte sobre la cama y llorar hasta reventar. Pero sobre todo, no hay que buscar mayores problemas de los que se tienen, ver lo bonito de cada acción, de cada suceso... e intentar animarse continuamente. Por eso me cuesta mucho ver que la gente a mi alrededor no hace esas cosas, supongo que es algo que se aprende y no soy más lista por haberlo visto, pero sí será más fácil para mí ser feliz que para las personas más negativas. Me fastidia enormemente no poder decir algo como: "si yo puedo, si yo pude, tú puedes con cualquier cosa" "o no le des importancia a algo así, piensa en las cosas bonitas que tienes, seguro que valen mil veces más que cualquier aspecto negativo"

Quizás por tener esta forma de pensar no puedo entender a los que se dejan llevar por la desesperación, y me cuesta mucho animar a la gente que está triste por cosas que tienen solución o que si no la tienen, tampoco sirve de nada estar triste por ellas... Y eso no me gusta, creo que con un poco de esfuerzo todo el mundo puede ver lo positivo de la situación o intentar si no, simplemente llevarla lo mejor posible.

Mi puntito positivo de todo esto es que yo tuve una madre maravillosa y soy realmente afortunada de haberla tenido, y aunque ahora no esté conmigo tuve tiempo para despedirme, para mimarla, para cuidarla, para colmarla de besos, para demostrarle cuánto la quería día a día... Por todo eso, en realidad no puedo sentirme una víctima de la situación, porque la quiero y ella me quiso, y sé que siempre estará conmigo. Soy muy afortunada de haber tenido una mami así. Te quiero, mami.