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Wednesday, September 14, 2005

14 de septiembre

14/09/2005

Normalmente la gente no sabe cómo reaccionar cuando otra persona sufre por un hecho como este. Yo entiendo perfectamente la situación, puesto que en numerosas ocasiones he estado en el lugar de aquel que no sabe qué decir a otro que está pasando por una mala situación. Y por lo tanto, sólo puedo decir que creo que en realidad, no esperas que nadie te diga nada que te ayude a estar mejor, porque sabes que eso es imposible. Sí agradeces el apoyo, la ayuda, la comprensión... claro está, pero no pides imposibles. Sabes que nada que alguien diga va a cambiar la situación y por lo tanto, sólo con una muestra de cariño, como todas las que me estáis dando te reconfortas un poco. La verdad es que cada uno ayuda como puede y sabe, y yo, ni nadie en mi situación puede pedir más, eso es seguro.
Leí el otro día en un libro una frase que me gustó y que puede ser válida para este momento. Decía algo así como que llega un momento en el que te das cuenta de que en realidad prefieres haber estado con esa persona unos pocos años que con otra diferente toda la vida, y por ello, das gracias. Yo doy gracias por haber tenido a mi madre 25 años de mi vida. Aunque lógicamente desearía que pudieran ser muchos más.
Sigo serena, muy serena, sólo pierdo los nervios, de vez en cuando, por las noches. Y sólo lloro a ratos espontáneos, cuando me viene a la cabeza algún recuerdo y siempre antes de dormir, no puedo evitarlo. El resto del día ocupo la cabeza con otras cosas, intento distraerme o convencerme de que no es cierto. Sé que no creérmelo no es la solución, pero no sé otra forma de llevarlo. Claro que llegan miles de momentos en los que la realidad regresa y ahí es cuando me derrumbo. Pero sigo con la cancioncilla de que debo ser fuerte.
El otro día se fastidió uno de los discos duros del ordena y ahí había fotos de mi madre. En un principio no le di importancia, pero luego a solas, me eché a llorar, siempre me viene a la cabeza la foto en la que se ríe sentada encima de mi padre. Era de este invierno, cuando comenzaba a salirle el pelo después de la quimio, cuando empezaba a sentirse mejor porque había terminado el tratamiento, sin que nadie sospechara que había otro asqueroso tumor creciendo dentro.
Y creí que había perdido esa foto, pero me han dicho que se puede recuperar, que el disco no está dañado del todo. Y ha sido un gran alivio.
Mi madre nunca ha tenido buena suerte en cuestión de salud, son tantas veces. Pero la del año pasado vino de repente, pues hacía muchos años que no tenía nada relacionado con el cáncer. Y claro que pienso que no es justo, y me dan ganas de gritar y llorar y maldecir todo... Pero no sirve de nada, parece que la maldita enfermedad se la tenía jurada. Ya sé que los médicos dicen que no tiene nada que ver lo uno con lo otro, pero creo que cinco tumores en una misma persona no parecen una mera coincidencia. Simplemente le llaman mala suerte. Y yo no soy supersticiosa, si hasta reniego de los horóscopos, pero es que ya no sé qué pensar... Todo es confuso, y triste, y negro... y duele...duele mucho...