14 de marzo de 2006

Te veo tan flaquita, es como si no fueras tú... A veces quiero que llegue el final para que no sufras más, para que no te duela más, para que dejes de seguir cambiando... Sí, porque te veo como una viejecita, es como si hubieras envejecido de golpe en sólo unos meses. Al principio estar más delgada, te hacía hasta más bonita, pero ahora, cada vez más y más, eres como una ancianita. Duele tanto verte así. Pero en los momento en los que parece que te pones mal de veras, tan mal que me rompo en mil pedazos de verte así, es entonces, paradójicamente, cuando pido más tiempo de tí, cuando pienso que un poco más será suficiente, pero nunca lo es. No, nunca lo es, porque el ahora nunca es conveniente, nunca es deseado, siempre más tarde, aunque sea un poco, sólo un poco después, quédate conmigo un ratito más, sólo un ratito...Pero ese ratito lo vuelvo a pedir otro día más, y otro, y otro...que nunca llegue el final. Eso es realmente lo que significa "un ratito más"
Y hacía otra vez un tiempo largo que no lloraba, pero ahora no puedo evitar escribir esto con las lágrimas rodando por mis mejillas. Claro que no quiero que sufras más pero tampoco quiero que nos dejes, no quiero que te vayas, no lo hagas...
Estos días he sentido nostalgia del hecho de tener una mami como siempre la tenía, una mamá que te cuida, que te mima, que te da la sopa calentita... Ahora, ahora parece que la mami sea yo, yo te cuido, yo te mimo en la medida en la que me dejas (porque a veces un simple roce te molesta), yo cocino para tí lo poco que logras comer... Y no es que me moleste, porque la verdad es que agradezco poder cuidar de tí, pero no puedo evitar sentir esa sensación de vacío que me dice que ya nunca nadie cuidará de mí como tú lo hacías... Te quiero mami, mucho, muchísimo. No te vayas.