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Tuesday, December 20, 2005

20 de diciembre

Los médicos no le dieron tanto tiempo y sé que se sorprenden de que aguante tanto y dicen: "ella es muy fuerte". Pero eso es algo que yo ya sabía hace mucho tiempo. Mi madre es la persona más fuerte que he conocido nunca. Quizás por eso, un cáncer que acabaría con cualquiera en poco tiempo quizás no pueda con ella en tan breve lapso. Sé que me engaño, muchas veces, los pequeños momentos en los que no está tan mal, pienso que si ha pasado del tiempo que le diagnosticaron, quizás pueda pasar mucho más. Y creo que seguirá así siempre, y que siempre la tendré conmigo. Y sé que no es cierto, es incluso mucho menos cierto que para cualquier otro, pero cómo no vas a engañarte si se trata de tu madre. Otras veces no pienso así, la realidad cae brutalmente, de pronto, de golpe y se viene todo encima. Y entonces veo que cualquier día puede ser el último, que quizás ese beso sea el último que me de. Y vuelve esa nostalgia, nostalgia de cuando vinimos a vivir a este piso, de cuando mi hermana y yo éramos niñas, de tiempos siempre mucho más felices. Ella casi siempre estaba enferma, pero estaba ahí, pero siempre lo superaba. Sigo sin entender por qué esta vez no puede ser igual que las otras veces, por qué esta vez no puede superarlo...
Intento, como prometí, aprovechar el tiempo al máximo, pero es tan difícil, ella, debido a la medicación, está casi siempre medio dormida, o en la cama. Y yo me pegaría todo el día pegada a ella dándole besos, dándole mimos, pero hasta eso le molesta, porque le duele tanto...
Me siento rara, no quiero sentirme así, como esperando el final, me siento culpable por hacerlo, pero tampoco quiero que lo pase mal...Ya casi nunca lloro, pero sigo teniendo el nudo en la garganta que a veces me impide respirar. Y ese dolor, ese sentimiento que está dentro, y que, ahora, sí estoy, convencida, no me abandonará nunca. Porque ella se irá, pero el dolor que está conmigo desde el día que nos lo dijeron, seguirá aquí siempre, porque ese día, sé que mi madre ya murió un poquito. Claro que me sigo sintiendo una privilegiada por tenerla aún, y por haber sido avisada de su marcha porque tengo tiempo de despedirme de ella, de mimarla, de quererla todo lo que pueda, de darle todo el cariño que necesite...Pero el hecho de pensar que cualquier momento puede ser el último es tremendamente doloroso.
Te quiero, mami...